¡Venimos del sur!


¡Hola amigos (as)!

Tengo poco para hoy, ya los compensaré tan pronto pueda. Sólo voy a informarles que el próximo domingo 3 a las 7:00 P.M., en el Pabellón de Escritores Dominicanos, tendrá lugar el conversatorio “Venimos del Sur” con escritores sanjuaneros.  La coordinación de dicha actividad estará a cargo de nuestro apreciado amigo Ike Méndez.

Ahora les dejo con un poema poco conocido de nuestro inmenso Pedro Mir ¡qué lo disfruten!

CITA MARINERA CON UNA MUJER IMAGINARIA

La mar ardía en azules
con una blanca humareda.
Tú traías tu traje a espuma,
yo mi pantalón a vela.

Olía toda la tarde
a pescadores y almejas,
a red, a goletas.

Algo como un naufragio oportuno
se estremeció en nuestras venas,
y apagando los ojos y arrastrándonos
conjugamos de pronto el verbo arena.



¡GRACIAS WHITMAN!

CUARTA ENTREGA

¡GRACIAS WHITMAN!

Hay poemas que se quedan para siempre con nosotros (as) y hasta entran, sin nuestro permiso, a formar parte de nuestro ADN.  Ese es mi caso con el poema 31 del libro Hojas de Hierba, escrito por el maravilloso poeta norteamericano Walt Whitman. Universalidad, sencillez, profundidad, respeto y amor a la vida en todas sus manifestaciones, muy especialmente en las más cercanas a la naturaleza, hacen que me sienta completamente identificada con él. Este poema me da fuerza y paz para afrontar los días complicados que nos tocan como generación. Por todo eso, ¡gracias poeta, gracias!
También el poema 32 es profundo y hermoso ¡Qué lo disfruten!

Creo que una brizna de hierba no es menos que una obra de las estrellas,
Que la hormiga es tan perfecta como ellas, y un grano de arena, y el huevo del reyezuelo;
Y el renacuajo es una obra maestra comparable a las más grandes,
Y la zarza trepadora podría ornar los salónes de los cielos,
Y la coyuntura más ínfima de mi mano desafía toda la mecánica,
Y la vaca rumiando con la cabeza gacha sobrepuja cualquiera estatua,
Y un ratón es un milagro capaz de conmover sextillones de incrédulos.
Descubro que he incorporado granito, carbón, musgos, frutos, semillas, esculentos raíces,
Y que soy mosaicado de cuadrúpedos y de pájaros por todo,
Y que he dejado allá lejos lo que está detrás de mí por razones buenos,
Pero mando que cualquiera cosa vuelve otra vez en cuanto quiera.
Es inútil la rapidez o la timidez;
Inútil que las plutónicas rocas me lancen su antiguo fuego contra mi llegada;
Inútil que el mastodonte se esconda bajo el polvo de sus propios huesos;
Inútil que los objetos se alejen al horizonte, tomando multitudes de formas;
Inútil, el océano hundiendose y los grandes monstruos yazgando en el fondo;
Inútil que el buitre se albergue junto al cielo;
Inútil que se arrastre la serpiente entre las lianas y los troncos;
Inútil que el alce huya por los escondidos senderos del bosque;
Inútil que las alcas de afilado pico naveguen muy lejos al norte a Labrador;
Yo los sigo rápidamente; subo hacia el nido en lo abrupto del acantilado.

 Fania - 13/4/15