SEGUNDA
PUESTA EN CIRCULACION “CUENTOS DE LUNA
LLENA BAJO UN PERFORADO CIELO”
SANTO DOMINGO, 26 DE FEBRERO DEL 2009. SALON DE ORIENTACIÓN.
BIBLIOTECA PEDRO MIR, UASD.
Señoras y señores,
amigos y amigas, todas y todas:
Como imagino que no todas las personas que
están aquí me conocen, creo conveniente iniciar contándoles algunas cosas
acerca de mí. Lo primero
que le diré es que aunque este es mi primer libro, la literatura
ha sido un eje transversal en toda mi vida.
Posiblemente empecé a escribir desde que fui alfabetizada, inicialmente
como poetisa, pero cuando leí, muy
jovencita, “Cien Años de Soledad” de Gabriel García Márquez, y luego “Yo, El
Supremo” de Augusto Roa Bastos, y toda aquella maravillosa narrativa del boom
latinoamericano llena de magia, pasión, rebeldía y creatividad exacerbada, me
quedó muy claro lo que debía hacer, y a partir de ahí hasta hoy
me he mantenido en la narrativa. He hecho una vida literaria muy discreta publicando uno que otro cuento o
poesía, de manera muy espaciada en
periódicos o revistas de circulación nacional, o de mi pueblo, San Juan de la
Maguana, y he participado siempre con buena suerte en algunos concursos
literarios que son los que realmente me han dado a conocer en este medio. A grandes rasgos, esta es mi historia literaria.
Ahora, en lo que respecta al libro que les presento en esta noche, he de
decirles que no he perdido ni un momento la oportunidad que le da la literatura
a las personas que se dedican a ella
para ser testigos de excepción de su tiempo.
Por eso encontrarán en sus páginas, aparte del realismo mágico que se me
pegó en aquella época que aludí, la mirada preocupada de una mujer que ve cómo todo se deteriora a su alrededor,
incluyendo al planeta mismo, con sus grandes hoyos en la capa de ozono, los
nuevos problemas sociales, la angustia existencial, la soledad, la delincuencia,
el gran circo de la política; en fin, todas esas cosas que vemos cotidianamente
pero que la rapidez del diario vivir nos impide darle una mirada más profunda y
un nuevo enfoque. Cada vez me parece más
razonable aquello de que “lo increíble
no es la fantasía sino la realidad”, basta abrir un periódico para entender lo
que les digo. Casualmente de una
lectura del periódico se me ocurrió el primer cuento “Gracias por venir, Ana”
que trata un asunto muy de moda: el de la niña-madre, y otros que no aparecen
en este libro y que ya publicaré, probablemente este mismo año. Se darán cuenta en la medida que lean mis
cuentos que el tema de la mujer, en su cotidianidad, en sus sueños, en sus
conflictos interiores es recurrente. Es natural, aparte de que quién escribe es
una mujer, a juzgar por las estadísticas aún llevamos la peor parte en
todo. A este respecto creo que tendré que pagar alguna cuota de
incomodidad por ello, porque aunque ustedes no lo crean, todavía quedan algunos
muros que tumbar para que una mujer pueda expresarse con cierta naturalidad
desde su condición de género. Pero, cada
quién a su modo va creando sus pequeños espacios de libertad. A mi modo de ver, mi libro es una propuesta para
encontrarnos de frente, más que nada con sentimientos, en un tiempo en que la postmodernidad
nos cosifica y entonces debemos
volvernos muy creativos y jugar con cierta dosis de ridiculez y buen humor para
expresar indignación, ternura, reír y llorar, y no perder nuestra condición humana.
Tengo tanta
gente a quién agradecer, tanta gente que me ha animado a que publique, desde el
seno familiar, compañeros de trabajo, amigos y amigas, que no me atrevo a mencionarlos
no sea cosa de que alguien se me vaya a olvidar . No sería justo. No quiero que
me pase como en San Juan, en la primera puesta en circulación en donde alguien
me reclamó, aunque cariñosamente, porque no le incluí. La verdad es que mi memoria no es como para
festejar. Pido comprensión. Así que me
limitaré a dar las gracias a William Mejía, por todas esas cosas tan lindas que
ha dicho sobre mí escritura, porque además está corriendo un gran riesgo, el de
dejarlo por escrito. De manera que si se
arrepiente mañana, tendrá que explicarlo mucho y lo menos que puedo hacer es
agradecerlo con anticipación para que no se arrepienta, porque ya conocen
ustedes el ego humano, no cuesta esfuerzo creerse lo bueno. Un riesgo parecido está corriendo el editor,
Gerardo Castillo, a quién se le podría hundir la editora por no haber hecho una
buena elección. Es de rigor agradecerle. Bueno, no diré más, la otra parte les toca a
ustedes. Sólo me resta manifestarle mi
emoción, mi eterno agradecimiento por verlos a todos ustedes aquí en esta
noche, yo sé lo que significa movilizarse en estos tiempos en que todo se ha
vuelto tan complejo.
Si lo desean
pueden escribirme al correo electrónico faniaherrera@gmail.com sus comentarios
para mí, como dicen un conocido comercial, “no tienen precio”. Señora, señores,
muchísimas gracias, buenas noches.
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